Entre la natalidad y la autonomía femenina
$1.300.000 pesos para un costo de vida mayor a $2.000.000 de pesos mensuales: ¿Puede el costo de vida decidir el futuro familiar?
En Colombia, el Índice de Precios al Consumidor (IPC), encargado de medir la evolución del costo promedio de una canasta de bienes y servicios representativa del consumo final de los hogares y familias colombianas, ha sido poco tomado en cuenta, pese a la influencia que puede tener en la decisión de una familia para tener un hijo. A lo largo de los años, el IPC ha tenido variaciones significativas, algo que se puede observar en la siguiente gráfica.
Otro elemento a tener en cuenta, y que se puede observar en la gráfica anterior, es el aumento del salario mínimo. Para 1964 el IPC se ubicaba en un 9% y el salario mínimo era de $420 pesos mensuales. En contraste, para 2023, el IPC se mantenía en un 9%, mientras que el salario mínimo había aumentado a $1.160.000 pesos. A partir de esto, se podría suponer que las condiciones y el costo de vida han mejorado, lo que podría incentivar a los hogares y familias colombianas a decidir tener un bebé, repercutiendo en un aumento de la tasa de natalidad del país. Sin embargo, a pesar de un mejor salario y un IPC porcentualmente igual al de hace seis décadas, aunque ajustado al mercado actual, la tasa de natalidad sigue en descenso.
Para Jairo Humberto Restrepo, director del Grupo de Economía de la Salud (GES) y docente de la Facultad de Economía de la Universidad de Antioquia, el descenso histórico en la natalidad no está únicamente relacionado con lo económico, sino también con el progreso de la sociedad en general y un conjunto de variables, entre las que está especialmente el acceso a la educación. Este progreso, según Restrepo, “viene relacionado muy especialmente con la educación de la mujer, además de que sus proyectos de vida se van modificando en el sentido de que no están solamente orientadas a tener y criar hijos”. En cuanto a la influencia de la economía en la natalidad, Restrepo señala: “No necesariamente el progreso desde el punto de vista económico va a significar que haya más o menos natalidad”.
Según Living Cost, una base de datos colaborativa que calcula el costo promedio de vida en distintos países, el costo de vida en Colombia es, en promedio, de $2.300.000 pesos mensuales, lo que equivale a, aproximadamente, 580 dólares. Para 2024, el salario mínimo mensual en Colombia se decretó en $1.300.000 pesos mensuales, lo que serían, aproximadamente, 320 dólares. Si se toma en cuenta lo promediado por Living Cost y el salario para 2024, el costo de vida en el país puede ser alto para las familias que solo reciben el salario mínimo, lo cual podría hacer que se piensen dos veces el tener un hijo. En este contexto, Restrepo añade: “Posiblemente, para muchos, la respuesta a la pregunta de si tener hijos va a ser no o muy cercana a no. ¿Por qué? Porque toman la calculadora, comienzan a hacer cuentas y, desde un punto de vista racional y económico, se preguntan: ‘¿Estamos preparados para tener hijos?’”, y en muchos casos, la respuesta es, económicamente, no.
En el ranking de Living Cost, Colombia ocupa el puesto 137 por costo de vida de 197 países que abarca la base de datos. Por encima de Colombia están países como Alemania, Japón y Corea del Sur, donde la tasa de natalidad también ha presentado descensos debido a los costos de vida elevados o el desarrollo de proyectos de vida académicos y profesionales
Criar a un hijo en Colombia hasta su independencia económica, aproximadamente entre los 20 y 22 años, podría costar hasta 1.150 salarios mínimos, según reveló un estudio realizado por la Universidad EAN en mayo de 2023. Esos 1.150 salarios mínimos, para 2024, equivaldrían a $1.495.000.000 de pesos. El estudio también señala que los primeros 4 años de un hijo es la etapa de crianza con menores gastos para una pareja. El gasto en esos 4 años serían de unos 202 salarios mínimos, es decir, unos $262.600.000 pesos en total, casi 66 millones de pesos por año. Para Restrepo, aunque una familia tenga un buen nivel económico, existen otros factores prioritarios que pueden influir en la decisión de no tener hijos. “Muchos quieren disfrutar de la vida, estudiar, viajar o desarrollar más sus proyectos de vida, cosas que al tener hijos no serían tan fáciles”, menciona, explicando que la elección de invertir en sí mismos antes que en un hijo se debe al elevado costo que implica la crianza.
Otro factor que influye en la decisión de las mujeres de no tener hijos es la carga económica que deben asumir al formar una familia. Según Raddar, firma especializada en el análisis del consumo de hogares en Latinoamérica, en 2022, las mujeres en Colombia asumieron el 56,4% del gasto de los hogares, mientras que los hombres apenas el 43,6%. Además, de cada $100.000 pesos, las mujeres destinan $49.000 a alimentos, en contraste con los $24.000 que destinan los hombres. Restrepo menciona que esa carga económica de la mujer en el hogar ha generado una tendencia, que comenzó en Europa y que ahora se ve en Colombia, en que la maternidad temprana no es una opción, como sí lo es el desarrollo de una carrera profesional, conseguir un trabajo estable y bien remunerado, y ahorrar para luego, después de los 35 o 40 años, plantearse la posibilidad de tener hijos.