Entre la natalidad y la autonomía femenina
8 de cada 10 esterilizaciones realizadas en Colombia, son femeninas
El año pasado, Profamilia realizó 78.500 procedimientos de anticoncepción permanente, de los cuales el 69% correspondieron a ligaduras de trompas y el 31% a vasectomías. Además, entre 2020 y 2023, se registró un total de 168.240 ligaduras de trompas, con un promedio anual de 42.000 procedimientos, mientras que en el mismo período se llevaron a cabo 81.332 vasectomías, con un promedio de 20.333 por año.
En este lapso, las ligaduras duplicaron en número a las vasectomías, a pesar de que, según la doctora Gladys Ariza, experta en salud pública, la ligadura de trompas es un procedimiento más invasivo que la vasectomía, ya que implica una cirugía abdominal, requiere anestesia general y el tiempo de recuperación es más prolongado. Aunque las complicaciones son mínimas, la intervención femenina conlleva más riesgos que la masculina.
Las vasectomías han mostrado un aumento progresivo a lo largo de las décadas, mientras que las ligaduras de trompas alcanzaron su punto más alto en la década de 1990, específicamente en 1992, con 70.421 procedimientos: la cifra de esterilizaciones más alta registrada en el país hasta la fecha. Este incremento coincidió con la promulgación de la Constitución Política de 1991, que eliminó la necesidad de la autorización de la pareja para someterse a una esterilización, tanto para hombres como para mujeres. El notable aumento de ligaduras en esa década sugiere que la nueva constitución representó un avance importante en la autonomía femenina.
La Ley 1412 de 2010 estipula que las EPS deben cubrir la totalidad de los costos de estas cirugías.
Juan Carlos Vargas, asesor científico de Profamilia, reveló que entre quienes solicitan la cirugía son más comunes los hombres sin hijos, y no las mujeres sin hijos. Además, afirmó que hace algunos años el promedio de hijos de una mujer que pedía la ligadura de trompas era de cuatro, mientras que hoy en día se encuentra alrededor de dos.
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La tasa de fecundidad, es decir, el número de hijos por mujer, se encuentra en permanente decrecimiento desde la llegada de los anticonceptivos y esterilizaciones al país. Por ejemplo, en 2023, la tasa llegó a reducirse a 1,7; una cifra notablemente inferior a la de 1972, año en el que se comenzaron a realizar las ligaduras de trompas en el país, cuando la tasa era de 4,8.
Greysy Florez, de 36 años, madre de dos hijos (una adolescente de 17 y un niño de 5), decidió someterse a la cirugÃa de esterilización permanente hace dos años debido a su situación económica y a la falta de responsabilidad de los padres de sus hijos.
La llegada de la pastilla anticonceptiva al mercado en la década de 1960 fue crucial para el avance de la planificación familiar. Según datos proporcionados por Profamilia, la distribución de métodos anticonceptivos orales por la organización en Colombia, comenzó en 1975, con más de 2,1 millones de píldoras entregadas en ese primer año. Este hecho formó parte de una estrategia más amplia de salud pública impulsada por Profamilia y otras instituciones, cuyo objetivo fue controlar la tasa de natalidad en el país.
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Sin embargo, el control de la natalidad ha tenido un fuerte protagonismo femenino, con las mujeres asumiendo en mayor medida las decisiones relacionadas con anticoncepción y planificación familiar. Esto a menudo conlleva efectos secundarios que repercuten en sus cuerpos debido a los fuertes cambios hormonales asociados con algunos métodos.
Ariza, también investigadora en género y salud, explica que la planificación familiar ha recaído mayoritariamente en las mujeres, porque las opciones anticonceptivas para los hombres se limitan al preservativo y la vasectomía, y los métodos masculinos que han estado a punto de salir al mercado terminan siendo suspendidos debido a los efectos secundarios observados en las pruebas. De acuerdo a un reportaje de la BBC sobre este tema, en 2016 se canceló una investigación en la que les inyectaron a los hombres testosterona y progestágenos (similares a las hormonas en la píldora femenina) porque los pacientes “consideraron demasiado severos e intolerables” los efectos secundarios que se les produjo: granos en la piel, trastornos del estado de ánimo y aumento de la libido. Efectos con los que las mujeres han lidiado desde la invención de estos métodos.
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La doctora Ariza insiste en que el aumento de las esterilizaciones, especialmente en mujeres, responde a los cambios culturales que se han desarrollado en Colombia desde el siglo XX, entre ellos, la creciente autonomía femenina y las aspiraciones de las nuevas generaciones. Explica que hoy en día la maternidad y el matrimonio ya no son los únicos objetivos de vida para las mujeres y que, en muchos casos, estas optan por la anticoncepción quirúrgica porque tener hijos no está dentro de sus proyectos a futuro.